viernes, 13 de julio de 2012

Capítulo 4


DÉCIMO DÍA DE VERANO

(Narra Liam)

Era sábado y hacia un calor horrible en mi habitación. Después de desayunar me había quedado solo en casa mientras mis padres se habían ido a la ciudad.

Bajé a la cocina y cogí de la nevera una coca cola. Cuando volví a subir a mi cuarto puse  una de las tumbonas de la playa en el balcón y me tumbé allí con el portátil.

-Tommy, sal de la piscina. Ven a secarte.

Vaya, me había dicho que de vez en cuando cuidaba a niños pero no que los cuidara en la casa de al lado.

-¡No!.- dijo el niño desobedeciéndola y tirándose a la piscina.- ¡bomba!
-Muy bien.- ella tranquilamente se sentó en una de las sillas.- pero cuando venga tu madre verá que no has hecho los deberes. ¿Quieres quedarte sin jugar por la tarde a la Wii?
-Jooo.- se quejó el chico.
-¿Vas a salir?.- se levantó y cogió la toalla del niño.
-¿Cuántos deberes?
-Al menos 2 hojas.
-Vale.
-De cada libro.
-Joo Marie.- se volvió a quejar.
-O eso o no hay Wii.- Marie se cruzó de brazos y se acercó al niño con la toalla en las manos.- ¿qué me dices?
-Vale.- suspiró.

El niño cedió y salió a secarse con la toalla. Me quedé observando a Marie desde el balcón, tan solo levaba el bikini y un vestido naranja a juego con las gafas de sol que le sujetaban el pelo. Se agachó un momento y metió la mano en el agua de la piscina.

-¿Esta muy fría?.- solté de pronto. Ella miró hacia arriba y se puso la mano en la frente para protegerse del sol.
-Liam.- contesto sonriente.- no sabía que estabas en casa.
-Mis padres se fueron. ¿Estás de profesora particular?
-De niñera, de profesora, de infladora de flotadores… es lo que me toca los fines de semana cuando no estoy en el restaurante.

No pude evitar reírme por lo bajo. Volví a mirarla y ambos sonreímos a la vez. El niño que cuidaba vino envuelto en la toalla y cuando nos vio hablando se aferró a la cintura de Marie.

-Lo siento, me reclaman.- se encogió de hombros.
-Ya veo.
-Salgo a la hora de comer.- dijo mientras el niño tiraba de su mano.
-Mis padres vuelven por la tarde. Si te apetece, podríamos comer pizza.- ella asintió pasándose el pelo tras la oreja y se marchó.


(Narra Marie)

-¿Y si tienes que repartir 20 caramelos entre 4 niños?
-5 caramelos.

Tommy terminó los deberes y se metió a casa. Le di un batido de fresa y se quedó viendo los dibujos.


-Hola.- saludó Sara, la madre de Tommy, el niño se lanzó a abrazarla mientras yo cogía mis cosas.
-Hola Sara, se ha tomado un batido y ha hecho los deberes.- la mujer me sonrió y le acarició la cara al niño.- si no te importa, me marcho ya, me voy a comer a casa de un amigo.
-Vale, espera un momento que te doy el dinero.


Salí de casa de los Steward y me fui a la de al lado. Subí los escalones de la entrada y llamé a la puerta mientras me quedé mirando todas las flores que había alrededor.

-¿Te gustan?.- dijo la voz de Liam sacándome de mis pensamientos.
-¿Eh?.- le miré.- no.- contesté arrugando la nariz.-  no me gustan nada las flores y además les soy alérgica a todas.
-Eres la primera chica que me encuentro que repela las flores.
-Que se le va a hacer.

Pasé al salón y dejé el bolso en uno de los sofás individuales.

-Voy un momento al baño y te ayudo con esas pizzas.
-Ah, claro, esta en…
-Lo sé, ya te dije que conocía la casa.- me fui casi dando saltitos.


Cuando salí del baño me encontré a Liam intentando romper con los dientes el plástico que envolvía las pizzas. No se dio cuenta de que estaba tras él hasta que no pude evitarlo y me eche a reír.

-Te vas a romper los dientes.- abrí el segundo cajón de la encimera y cogí las tijeras.- anda, trae.
-Me das miedo, sabes dónde está todo en esta casa.
-¿Tu me escuchas cuando hablo?.- corté el plástico y lo tiré a la basura.
-Según, ¿esto cuenta para que vayamos un día a la playa?
-Cuenta.- encendí el horno.
-Entonces sí.


-Pero deja, Los Simpsons.- se quejó Liam, yo seguí pasando canales de televisión.
-Prefiero Phineas y Ferb.- seguí buscando por los canales hasta dar con, disney channel.
-No hablas en serio.- dijo dándole un bocado a la pizza.
-Ahora verás.- encontré el canal y lo dejé puesto.
-Increíble.
-Infantil, ¿no?.
-Ya te veo pidiendo un, happy meal, en cualquier Mc Donals.
-Queeee va.
-¡Lo haces!
-Puede.- metí los dedos en el agua de mi vaso y le salpiqué toda la cara.


(Narra Liam)

-No lo intentes, no se jugar a otro que no sea el Tekken.
-Bueno, pues te enseño.- metí uno de los juegos de carreras en la play y conecté el segundo mando para dárselo a ella.
-Vale, pero como sé que me darás un palizón, quiero que luego pongas el Tekken para tener la revancha.
-También te ganaré.
-Lo que tú digas.- me retó con los ojos y cogió el mando.



-Para no haber jugado nunca te he ganado la última carrera.
-Te he dejado ganar.
-Claaaro, claaaro, lo que siempre se dice. Aprende a perder, Payne.
-Aprende tú, te voy a patear el culo en este juego.- metí el CD del Tekken.
-Chaval, me he pasado el modo historia 3 veces. No vas a poder conmigo.
-Ahora me cuentas.

El juego cargó y cada uno elegimos el primer personaje que quisimos. No tardé mucho tiempo en ganarle la primera partida.

-¿Qué decías de un modo historia 3 veces?.- le revolví el pelo. Ella arrugó un poco la nariz y se colocó bien el pelo.
-Pues nada, también eres mejor que yo en este.

Volvimos a elegirnos cada uno un personaje y la partida volvió a cargar. Por más que le daba a los botones ni me dejaba rozarla. Realmente, era buena jugando a eso. La televisión soltó un, “perfect” y salió mi personaje en el suelo con un gran letrero que anunciaba, game over. Ella me miró desde el otro lado del sofá y alzó una ceja.

-Tienes 10 segundos para correr.
-¿Por qué?.- marcó una bonita sonrisa y se levantó sin saber que hacer.
-Por mentirosa.
-Te he avisado. Modo historia, 3 veces.
-Nada. 1…
-Pero
-2…
-¡Liam!
-3…

Se marchó corriendo hacia el piso de arriba y soltó un grito aún más fuerte cuando me vio enseguida tras ella.

-¡Has dicho 10!
-¡Mentí!
-No, por favor.- suplicó metiéndose a mi cuarto.
-Tú te lo has buscado.- se giró a mí y aproveché para atraparla de la cintura.- ni si  quiera me has pedido perdón.- intento deshacerse de mí empujándome hacia atrás.
-Vale, vale.- empecé a hacerle cosquillas.- lo siento.- se echó hacia atrás y cayó encima de la cama tirando de mi camiseta y haciéndome caer sobre ella.

Puse rápidamente las manos en la cama para no dejar caer mi peso sobre ella. Por unos segundos miré hacia abajo y vi como aún me estaba agarrando del cuello de la camiseta. Volví a poner la vista en ella, evitaba mirarme directamente a los ojos pero no podía dejar de reír. Alzó una mano y me apartó el pelo de la frente con cuidado.

-Eres un buen contrincante.

Poco a poco fui bajando la cara, cada vez estaba más cerca de ella. Clavó sus ojos en mí y bajó la mano muy tranquila para acariciarme la mejilla. Pero cuando tan solo nos separaban un par de centímetros el timbre de casa sonó, estropeando, sin duda, el momento.




3 comentarios:

  1. Ahhhh imposible ! Esto no puede ser quien llama en esos momentos ?! MEENCANTAAA! <3 tequiero y avisa del siguientee :)

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