(Narra
Marie)
¿Por
qué no decírselo?, no iba a pasar nada y quizá me ayudaba el hablarlo con
alguien, quizá él me entendía. Además quería confiar en él, por casualidades
habíamos acabado conociéndonos y, y juntos.
Dejé
mi pizza con desgana en el plato y le asentí como pude.
-Podríamos
ir a dar un paseo, si te sientes mejor.
-Genial,
voy a recoger esto primero.
-Marie,
no te veas obligada, de verdad. No me cuentes nada que no quieras.
-Tranquilo,
me apetece hablar contigo.
Dejamos
las cosas en la cocina y salimos de casa. Sin pensarlo nos dirigimos a la playa
y empezamos a caminar por la arena, nos habíamos quitado los zapatos y el agua
fría nos mojaba de vez en cuando.
-¿Recuerdas
lo que te comenté el primer día que viniste a mi casa?
-Me
hablaste de muchas cosas.
-Bueno
pues, lo de mi abuelo…¿te cuerdas?
-¿Que
murió hace 7 años?
-Aha.
-¿Qué
tiene eso que ver?
-Pues
a ver, yo era una cría cuando ocurrió, ni había cumplido 12 años aún.- su mano
encontró la mía y me dio fuerza para seguir hablando.- era verano y…
(Flash
back)
-Pero
que no quiero, no me gusta esa casa.- me quejé.
Mi
madre estaba rarísima, ¿para que quería mandarme a casa de mi tia a dormir? Era
como mi tía sí, pero en realidad tan solo era la prima de mi madre.
-Venga,
coge el pijama.- dijo desganada.
Me
quejé, me quejé muchísimo. Pero no tuve más remedio.
Llegué
a casa de mi tia y dejé las cosas en la habitación de las 2 camas. Me fui a
dormir pronto y me costó lo mio, extrañaba mi casa y mi cama. Le tenía que
haber hecho caso a mi abuelo cuando me había llamado por teléfono para decirme
que me fuera a la playa, sin duda. Ellos allí bañándose y jugando a las cartas
en la fresquita noche de verano.
Pasé
todo el día siguiente aburrida como una ostra y por más que quise llamar a mi
madre mi tía me decía que estaba ocupada.
Por
la tarde, antes de cenar mi primo, el hijo de mi tía me sacó de casa. Me
preguntó si me aburría y yo dije infinitos síes, me llevó a una heladería y me
pedí mi favorito. Chocolate blanco. Y en todo el camino de vuelta mi primo me
había dicho que mi abuelo se había puesto malo y que por eso mi madre se había
marchado dejándome allí, que iba a la playa, donde estaban mi padre, mi hermano
y mis abuelos.
Cuando
volví a casa la gente estaba rarísima. Mi tía me dijo que mi madre estaba al
llegar, que venía con mi padre y con la mujer de mi tio, tio, osea el hermano
de mi madre.
-¡Mami!.-
chillé al verle entrar por la puerta.
-Hola.-
dijo, ¿vacía?, si así.
Mi
padre entró tras ella y mi tía detrás.
-¿Cómo
esta el abuelo?.- dije sentándome en el sofá.
Todos
en la sala se miraron entre ellos. La prima de mi madre y su marido también
estaban.
-Marie,
el… el abuelo se ha ido.- dijo mi padre.
-¿Qué?,
¿a dónde?, ¿lo han tenido que llevar a otro hospital?
-No,
Marie, se ha ido. ¿A qué se refería él cuando hablaba de que la gente se va?
-Pero
no se ha donde se ha ido.- mi madre me miró con los ojos enrojecidos y yo me
levántate par acercarme a ella.
Repasé
lo dicho hasta que un fuerte pinchazo en el corazón me hizo entender la
conversación. Me costó respirar, sentí que mi mundo se había derrumbado en mil
pedacitos sobre mí. Horrible. No podía ser así, seguro, era una broma y yo era
su victima, claro, la más peque de la casa.
-Decidme
ya que es mentira.- dije como pude, la voz me temblaba.
-No
es mentira.- dijo mi madre mientras la abracé.
-¡DECIDME
QUE ES MENTIRA!, ¡MAMÁ!, ¡ES MENTIRA!
Noté
como mi padre me ponía el brazo en el hombro. No, no era mentira. Ese día,
estaba siendo el peor de mi vida.
-¿Pero,
porqué, qué ha pasado?.- noté mis mofletes, mis ojos, mis labios… hinchados.
-Pues…
le ha dado un infarto y no han podido hacer nada.- dijo mi tía, no la prima de
mamá, la otra.
Salí
de esa casa rota, sin vida, con cuerpo pero sin vida. Llegué a casa de mis
abuelos y al entrar mi hermano y mi tío junto a mi abuela. Me tiré a los brazos
de mi abuela y las lágrimas volvieron a empapar toda mi cara.
(fin
del flash back)
Liam
me había escuchado atentamente sin interrumpirme. Estábamos sentados en la
arena y yo no dejaba de jugar con un par de pequeñas piedras.
-Dios,
lo siento mucho.- pasó su brazo por mi hombro y me estrechó contra su pecho.
-No
pasa nada, de verdad. Pero sé que quieres saber que tiene que ver todo eso con
lo del agua, ¿no?
-Aha.-
dijo sin soltarme y dándome un beso en la cabeza.
-Me
engañaron, supongo que para no hacérmelo pasar tan mal. Me dijeron lo del
infarto, sí, pero a los pocos meses descubrí la verdad.
-¿Cómo
que la verdad?
-¿Ves
ese bar?.- dije señalando el establecimiento que teníamos justo detrás de
nosotros.
-Sí.
-Pues
él en realidad estaba aquí en la playa, como me dijeron, pero no en la casa si
no aquí en la playa. Se le había antojado darse un baño antes de la hora de
comer, a pesar de que mi abuela le dijo que la comida ya esta hecha.- sonreí
levemente.- vino aquí, justo aquí enfrente y se metió. No muy lejos, de verdad,
por la orilla.
-Entoces…
-Entonces
se mareó, y se cayó, había piedras debajo así que…- una lágrima recorrió mi
mejilla.
-Pero,
joder, era mediodía y aquí hay socorristas.
-Sí.-
ironicé apartando la lágrima inútilmente.- ahora. Hace 7 años pasaban de todo,
donde tenía que haber alguien vigilando no había nadie. Estaban tomando un
café.
-Hijos
de puta.- murmuró.
-Sí,
exactamente. Nadie se inmuto, ni la gente de estas terrazas de ahí atrás.
-En
serio, es horrible, es que no creo que nadie merezca nada así, hubiera sido
sencillo salvarle. Está a un paso de la torre de vigilancia.
-Lo
sé. Pero los, hubiera…, ya no sirven, ya nada me lo va a devolver. Por eso me
gusta estar sola allí dentro, porque me siento de alguna manera completa en el
agua. No sé exactamente el porqué.
-Supongo
que eso parece unirte más a él.
-Te
juro que no lo sé.- me aparté las últimas lágrimas de la cara.- simplemente me
encanta estar ahí dentro.
-Lo
siento, creí que era algo simple o una tontería y he hecho que acabes así.
-Nunca
se lo he contado a nadie de esta manera, tan… en profundo.
-¿De
verdad?
-De verdad.
Me
abrazó aún más y más fuerte y lo agradecí mucho. Me sentí cómoda entre sus
brazos.
-Gracias
por escucharme.
-No
las des.- se levantó y me tendió la mano.
(Narra
Liam)
Así
que era eso, vaya y yo creyendo que me ponía excusas. No sé como lo hubiera
llevado yo pero ella me parecía una chica demasiado fuerte porque siempre
llevaba una sonrisa en la boca. Parecía mentira, nadie vigilando a plena luz
del día, hubiera sido algo que se podía haber evitado tan fácilmente.
-¿Te
apetece un helado?.- dijo ella sacándome de mis pensamientos.
-¡¡Ei!!.-
escuchamos los gritos de Ryan desde lejos.
-Me
parce que iremos en compañía.
-Bueno.-
le quitó importancia.
-Anda
que avisáis de que vais a salir.- dijo Christian junto a Ryan.
-Solo
íbamos a por un helado, veniros.- dije antes que Marie.
-¿Sabéis
algo de Chaz y Alba?
-Creíamos
que Alba estaba contigo.
-Estará
con Chaz.- Marie le guiñó un ojo divertida a los chicos.
Sí,
sí, sé que quizá os esperabais otra cosa para este capítulo, lo sé. Sé que sois
poquitas las que seguís la historia y quizá este capítulo no haya sido
demasiado pero intentaré compensar con los demás. Aún les tengo una cosa muy
románica preparada a Liam y a Marie y supongo que como esta novela iba a ser
cortita hare un par de capítulos más y ya. :3
Pronto
subiré en m blog de one shot, un con Zayn y a lo largo de lo que quede de
verano haré más. También tengo que estudiar y eso pero sacaré ratos libres.
Gracias
por todo y no me enrollo más. Besos!